"Mamá, hoy tengo que llorar. Tengo que llorar porque me siento triste. Tengo que llorar porque lo necesito, porque he tenido un día de tensión, y sé que cuando llegue a casa me sentaré y lloraré. Lloraré un rato. En realidad lloraré hasta que se me pase y me encuentre mejor" Y cuando pase será como cuando sale el sol después de la tormenta."
Así comienza un post que hemos encontrado en el blog educacion emocional de Izaskun Valencia que nos ha resonado y queremos compartir .

hemos ido identificando al llanto con algo a esconder , algo de cobardes , algo de "niñas"- débiles , algo "privado" transmitiéndoselo así a los niños, niñas y adolescentes . Otras veces , no somos capaces de educarles para contener su llanto descontrolado e "histérico" , sus gritos , sus pataleos hacia otras formas ...
Ver llorar a un niño , un adulto o incluso a un animal nos conecta con nuestras propias emociones y eso , a veces , nos asusta . Pero acompañar en el llanto , ayudar a aceptarlo , a serenarlo , a modularlo , a darle un valor positivo como reparador , a dibujarlo , a escribirlo , a caminarlo , a bailarlo , a "moverlo", a "reirlo" .... reconoce la humanidad de las personas desde la empatía y , eso , como dice el eslogan no tiene precio.
Ojalá todos supiésemos llorar para descargar y canalizásemos la ira, la tristeza o la impotencia de ese modo. Para no dañar. Para no sufrir. Llorar repara. Llorar cura. Llorar es de personas sanas.
Os invitamos a leer el post en el que se explica cómo el llanto es un mecanismo de regulación emocional y forma `parte del aprendizaje infantil (y adulto...) . DESCUBRE CÓMO Y PARA QUÉ ENSEÑARLE A LLORAR