¿HAY NIÑOS BUENOS Y MALOS? ¿EL PRINCIPAL OBJETIVO DE LA EDUCACIÓN ES LA OBEDIENCIA A LOS ADULTOS?

Recogiendo un twitter de Gestionando Hijos , (https://twitter.com/GestionaHijos/status/962331718769430529)
recuperamos estas preguntas y estas referencias: 

¿Crees que una de las metas en la educación es que niños y niñas OBEDEZCAN  a los adultos? 

¿Queremos que nos obedezcan sin protestar cuando les decimos "CÓMETE LAS LENTEJAS" , "TERMINA LA FICHA"  porque han de obedecer a los adultos por ser su fuente de autoridad y punto?  

¿Queremos que , de esta forma también , aprendan a que en su adolescencia cuando el líder de su grupo les invite a fumar un porro , lo hagan  sin protestar y punto porque es su fuente de autoridad ? ¿Queremos que en su vida profesional cuando se puedan sentir explotados por un jefe  obedezcan  sin protestar y punto? 

¿O queremos dejarles "libres" sin un marco , sin referencias ..porque ellos y ellas ya irán encontrando "autónomamente" su camino y no queremos crearles "traumas" con una autoridad demasiado rígida? 

¿Qué tipo de ejercicio de autoridad queremos llevar a cabo? El libre dejar -hacer ,alguna cercana al autoritarismo o un estilo más democrático que posibilite también  el pensamiento crítico de la infancia? 

A PENSAR EN ELLO.... 



Estas ideas son algunas de las  que aborda Alberto Soler en su taller en Gestionando Hijos: ¿DE VERDAD HAY NIÑOS  BUENOS Y MALOS?  Esta plataforma presenta así esta ponencia: 

¿Qué pasa cuando etiquetamos a nuestros hijos como buenos o malos? Alberto Soler recurrió en su charla en British Council School a múltiples experimentos para dejarlo claro. Hablamos de rabietas, de la obediencia, de compartir, de premios y castigos… Alberto nos quiso recordar que “aunque parezca una perogrullada nuestros hijos son personas” y que “no debemos manejar con hostilidad, sino de manera amorosa” las rabietas, que “son tan naturales como hacerse pipí en el pañal con cuatro meses”. Además, resaltó la importancia de tener en cuenta el contexto, porque “con el ritmo de vida que tenemos, que el niño no se quiera vestir se interpreta como que el niño es malo”.