CARTA DE UNA MADRE AL PROFESORADO SOBRE ESTA ÉPOCA DE HOMESCHOOLING

Cuando empezó la pandemia y niños y niñas tuvieron que quedarse en casa, yo fui de las primeras que pidió que pudieran continuar con sus aprendizajes escolares, sabiendo que podía ser complicado encontrar una fórmula  y que las niñas ya iban a hacer muchos otros aprendizajes relacionados con valores de vida  (ya sólo por la situación en la que estábamos) 

¿POR QUÉ ESTA PETICIÓN?  
  • Porque poder tener una educación vía escuela es un derecho fundamental y signo de bienestar social a seguir manteniendo incluso en circunstancias adversas. 
  • Porque a través de lo escolar, pueden enfrentarse a retos en los que desarrollar diferentes capacidades (no sólo las más cognitivas) desde una emoción muy importante para mí: la curiosidad. (aunque no siempre sea la que más se potencie) Una emoción que puede ser antídoto ante el miedo, la tristeza o la rabia que nos pueden llegar al estar en casa encerradas. 
  • Porque hay una relación afectiva muy importante entre niños y colegio (con el profesorado, con el resto de compañeros...incluso con la persona de portería, con la enfermera, con la auxiliar de comedor ...) Y, de alguna forma, desde la distancia, es  importante mantenerla. Es verdad que en vacaciones, hay una separación temporal, pero ahora el motivo es otro. 

AGRADECIMIENTO A LA ESCUELA 

Y, desde ahí, quiero  agradecer a la escuela y al profesorado que esta petición haya podido materializarse. Quiero reconocerles su esfuerzo y dedicación durante este época. Como todas, han intentado hacer lo mejor que podían o sabían (y dependía de ellas) dentro de esta situación tan extraña. Se han inventado o reinventado dentro de la angustia que también han podido vivir. A veces, con un ritmo más rápido, otras más lento...quizás de forma más ajustada o menos ...Como todo aprendizaje. 

Han pasado muchas horas (seguramente, en algunos casos,  más que en la versión presencial de la escolarización), pensando cómo hacer, buscando actividades, preparando formatos digitales nuevos, corrigiendo tareas, dando  clases virtuales, llegando a acuerdos en claustros virtuales, proyectando cómo organizar un futuro escolar incierto bajo diferentes posibilidades inciertas... 

También agradezco las comunicaciones que han tenido con las niñas y con los padres y madres, los momentos en que han podido ser conscientes de la necesidad de ajustar expectativas a la realidad de cada niña y cada familia y las tareas y recursos que han enviado con un trasfondo emocional de dirigirse a la persona, más que al alumno, para ayudar a las niñas a "digerir" lo que estaba ocurriendo... 




Hay otras cosas que quizás hayan podido originar cierto estrés a los niños y a las familias en general, y, sobre todo, a aquellas con menos recursos  digitales en casa, con menos opciones de conciliar trabajo presencial o teletrabajo con apoyo de lo escolar en casa o con menos conocimientos académicos en general. También creo que las familias hemos podido no estar acertadas en cómo abordar algunas cosas en este sentido, a veces. 

Considero la profesión de "maestro/a" como una de las más importantes de la sociedad y, por supuesto, para la infancia. Creo que su reconocimiento social debería ser mucho mayor, de la misma forma que sus posibilidades y condiciones para una buena formación, reciclaje, autocuidado y trabajo en equipo del claustro.  Desde ahí, no es mi intención "meterme" en el trabajo del profesorado ni con su pedagogía , ni cuestionarlo. Sí me gustaría poder ofrecer la vivencia de algunas familias y profesoras y las impresiones de  fondo de personas reconocidas en el ámbito pedagógico para establecer una comunicación y trabajo común con la escuela, algo recogido en todos los principios de la parentomarentalidad positiva. 



Llega el final de curso escolar y mi sensación, (y creo que la de mi hijo, la de muchas familias y profesores/as, por lo que me cuentan), es de ALIVIO, de un alivio especial. No el habitual por dejar atrás el pequeño "estrés" diario de ir-venir-escuela-trabajo-casa-deberes-extraescolares etc. No de tristeza por la pérdida de un espacio de aprendizaje durante unos meses, no de alegría porque van a poder descansar de lo escolar y vivir más tiempo de ocio... No, es de ALIVIO-ALIVIO. Un alivio diferente al de otros años. Y eso me hace pensar que ha sido un periodo complicado en este nuevo modelo de homeschooling que nos hemos tenido que inventar. Y como en todo invento, hay pruebas, errores y hallazgos.  

APRENDIZAJES 

Creo que tendríamos que sacar aprendizajes de este periodo, tanto las familias como la escuela. De lo que ha funcionado y ha sido adaptativo y de lo que no tanto. Para poder repetir algunas cosas, evitar otras o redireccionar, tanto si vuelve un periodo de confinamiento, como en una nueva normalidad  sin la COVID 19.  Como en todo proceso de aprendizaje, hemos descubierto cosas que "funcionan" ya al final  y cosas que "no funcionan o faltan" también al final. 



No voy a ser nada  catastrofista y creo que, en general, hemos conseguido proporcionar mucho. También creo que en algunos momentos hemos desenfocado un poco la mirada con nuestras gafas. Unas gafas, particulares para cada "estamento", pero con un mismo fin: la educación de niños y niñas. Por supuesto, hablaré en líneas generales,  desde lo que he ido recogiendo de familias , profesoras  y profesionales a las que acompaño, formo o con las que comparto espacios de formación y contraste comunes. Y sabiendo que hay muchos grises y muchas formas.    



Si hiciéramos una valoración general, podríamos preguntarnos: QUÉ HAN NECESITADO realmente los niños y niñas durante este época y qué LES HEMOS OFRECIDO. ¿Qué necesitaban ante la incertidumbre de no saber qué pasará, ante el miedo a un virus que obliga a estar en casa y no te deja ver a muchas personas queridas, ante la tristeza de lo perdido,de ver gente enferma y muriendo, ante la culpa que les hemos metido inconscientemente al decirles que son los principales contagiadores  y que han de ser las últimas personas en poder salir a la calle y socializarse? 

Creo que su necesidad máxima en esas circunstancias es sentirse SEGUROS Y SEGURAS con nuestro acompañamiento educativo. El de todos los estamentos, el de todas las personas que, de una u otra forma, nos dedicamos conjuntamente a educarles. A la seguridad, según Pepa Horno , se llega a través de: mostrar afecto (en la escuela también sí), pasar tiempo juntos, demostrar una aceptación incondicional de la persona (y no sólo por lo bien que se pueda portar en casa o el rendimiento académico que pueda tener), potenciar el sentido de pertenencia a un grupo en el que es valorado (ya sea en una familia o en una escuela) y un cuidado mutuo. Además de esta emoción de seguridad, sería necesario dotarles de otras emociones "antídoto" como la calma, la curiosidad y quizás también la alegría en su justa medida. 

Y, creo que, en general,  se lo hemos podido dar. También veo algunas cosas que han podido "chirriar" con dar seguridad y calma o despertar una curiosidad sana. Creo que hemos vivido un estrés que, a veces, no hemos sabido manejar, se ha convertido en distrés y lo hemos podido trasladar a las niñas. Hablo y hablaré , sobre todo, de aquellas etapas más intermedias  en las que  aún es necesario un cierto o  mayor seguimiento familiar de lo escolar . 

EL ESTRÉS (DISTRÉS) 

Hablo de ese "volvernos locas" a ratos  las familias trabajando en casa o fuera y tener que ayudar con la cantidad y tipo de deberes  variados enviados al mismo tiempo. Hemos tenido que ayudar a resolver problemas de wifi,  comprar aparatos nuevos para que funcione la tecnología en casa, grabar vídeos haciendo actividades, explicar temario nuevo que no acaban de entender, estimular a que realmente se pongan a lo que han de ponerse,  tratar de despertar la curiosidad por lo escolar frente al miedo que sienten, supervisar... 
Queriendo mantener, también, el ritmo del trabajo de la "antigua normalidad" y nuestra autoexigencia de hacerlo todo bien. ( solicitada por empresa o autoimpuesta)  Al mismo tiempo que resolver nuestra propia angustia, cuidar a nuestros mayores desde la distancia, tener que hacer duelos por muertes de familiares o ver cómo tapar las canas con un pañuelo (esto último es broma, disculpadme) Lo que es serio es que algunas familias hayan sentido,  además,  estrés  añadido e impotencia por no disponer de recursos económicos para lo básico ni  medios digitales para los estudios de sus hijas o hayan tenido que sobrellevar también  situaciones de violencia intrafamiliar. 



Este "volvernos locas" ha podido traer en algunos momentos emociones como el enfado, el miedo, la tristeza, la culpa... que,  quizás,  no sean las mejores para estimular el aprendizaje (sobre todo,  si están presentes muchas veces y en intensidades altas) Tampoco creo que sean las emociones que mejor contagian la seguridad. Además, han podido aparecer mensajes en los que inconscientemente y, sin filtro, les decimos a niños y niñas que nos "molestan", "no nos dejan trabajar" ... Afortunadamente, no todos los momentos han sido así y hemos podido dar,  en general,  esa seguridad y ofrecer también muchas actividades compartidas en familia o potenciadas en soledad para la seguridad, la calma, la alegría o la curiosidad. O eso quiero pensar. 

Respecto al profesorado, también han podido "volverse locos", creando plannings interminables con la presión de  contenidos  a dar, tareas a cumplir con cuestionarios, clases por videollamadas "imposibles", preparar lecturas, manualidades, trabajos de música, exposiciones orales, vídeos para robótica... Ponerse de acuerdo en el claustro sobre cómo hacer, recibir "quejas" de familias, tratar de mantener unos criterios y exigencias básicas para todos pero a la vez tener que adaptarse a cada circunstancia familiar ... Teniendo que corregir e incluso poner exámenes (¿son necesarios de verdad?) Casi todo en formato online,  para lo  que hay que reciclarse a tiempo record, tener ordenador en tu casa, buena wifi ... Y ¿qué efecto puede crear esto en niños y niñas? Pues también volverse un poco "locas" de rebote  para asimilar esta forma de trabajo y sufriendo, por ejemplo, al igual que nos está pasando a las adultas, las secuelas ya  advertidas por pediatras y médicas, de tantas horas delante de pantallas ( problemas de vista, de sueño , de dependencia...) o no poder seguir lo escolar por no contar con medios para ello. Afortunadamente, también han podido sentir,  en general,  ese acompañamiento de su profesorado,  que no se ha terminado con la pandemia, ese seguir con uno de los  ejes de su vida.  




Y, sobre la relación escuela- familia, han aparecido algunos conflictos mal resueltos, reproches, malas palabras... sin entendernos en algunos momentos. Sobre ritmos, sobre el papel de cada uno, sobre cuotas...En algunos casos, en la medida en que ha habido algún mal ambiente entre ambos estamentos, la presión académica ha aumentado, (no sé si para demostrar que se estaba trabajando cuando era obvio que sí) y el nivel de trabajo enfocado sólo a lo académico ha subido respecto a otros aspectos ...También es cierto que ha habido complicidades y comunicaciones más frecuentes que antes de la pandemia y reconocimientos mutuos por ambas partes al ser capaces de ponerse en el lugar de la otra. 

EN POSITIVO 

Y, ya desde aquí,  me gustaría resaltar todo aquello que, he podido ir recogiendo de familias, profesoras, niños y niñas, sobre  lo que se ha ido intentando, introduciendo o fomentado con intención adaptativa. Para repetirlo, para intensificarlo o redireccionar. Desde lo positivo.


0- ABORDAJE DE LA PERSONA Y LO  EMOCIONAL

Considerar primero a la "persona", al niño con sus necesidades personales y emocionales al que acompañar y, después, ver al "alumno", al que proporcionarle contenidos académicos para el aprendizaje cognitivo.  En muchos casos, el profesorado lo ha podido ver así. (o eso espero ) 
Dentro de las videollamadas o en las tareas, considerar el aspecto emocional para atender también lo que se puede estar moviendo en torno a la crisis sanitaria: el miedo, la tristeza, la rabia ...
Y no sólo en clase de tutoría. Se han usado  vídeos o cortos al respecto, se han hecho  cápsulas del tiempo sobre esta época, elaboraciones de cuentos o canciones al respecto, un diario sobre esta época ... 
Y no sólo a través de esto, sino, fundamentalmente, a través de las emociones que ha podido contagiar el profesorado a niños y niñas con su actitud. Calma, alegría, seguridad y, sobre todo, curiosidad para estimular el aprendizaje y contrarrestar las emociones más desagradables de esta época. 

Y no sólo durante las primeras semanas de la  pandemia. Los efectos de mayor desequilibrio emocional los estamos percibiendo en la desescalada. Quizás tengamos que hacer un esfuerzo en no abandonar este tipo de contenidos en la desescalada o a la vuelta a la nueva normalidad a principios del curso que viene.

Mi hijo cada día se levantaba esperando ver el email que su tutora les mandaba con un vídeo, una canción o un pequeño juego en torno al trabajo de valores o emociones. 

1- MANTENER EL CONTACTO DEL GRUPO CLASE

Se han buscado  fórmulas para que el grupo de la clase pueda mantener un contacto y, si es posible , verse las caras y charlar. Quizás las videollamadas grupales en grupo grande o en grupos reducidos (según edad y características) no sean la panacea, pero han permitido tener este contacto. Han permitido, además de "dar clase", que puedan verse, hablarse, preguntarse cómo están, hacer retos y juegos grupales...Para seguir trabajando, así,  la afectividad, lo emocional, el sentido de pertenencia al grupo, el cuidado mutuo, el estar juntos/as...
Quizás con niñas muy pequeñas las videollamadas grupales se hayan tenido que reducir a contar un cuento, cantar una canción o saludarse sin más y se haya buscado alguna alternativa como ir pidiendo videos o fotos de los niños en sus casas para hacer un montaje y que puedan verlo cada uno en su casa. 
Quizás habrá que plantearse, en cualquier caso, si cuatro o más horas de videollamada al día, como se ha hecho en algunos lugares o etapas, con mucho contenido académico pueden cumplir con la función que se pretende o genera una saturación o un consumo excesivo de pantallas.  




2- MANTENER EL CONTACTO INDIVIDUALIZADO. 

De la misma forma, los emails, llamadas o videollamadas personalizadas  de la tutora a cada niño para ver cómo está, cómo se encuentra... han permitido reafirmar esa relación afectiva y esa valoración especial que cada niña necesita. Sería necesario hacerlo cada poco tiempo. 
Después de mantener una videollamada personalizada con su tutora, mi hijo estaba contento y parecía "sentirse importante". Cuando le pregunté  de qué habían hablado (cosas de madre "cotilla"), me dijo que no se acordaba bien pero que había sido muy maja y cariñosa. Y esa muestra de afecto era lo que  mi hijo necesitaba, y con ello se quedó. 

3- CONTACTOS  PERSONALIZADOS PARA APOYO EN DIFICULTADES

También las videollamadas personalizadas a cada niño o grupo pequeño de niñas que tienen alguna dificultad  en el seguimiento  para poder reforzarles han sido muy importantes. Una vez a la semana, por ejemplo o cada quince días.
Y no sólo cuando hay dificultades, digamos de tipo más académico, sino de otros tipos: al estar enfermos en casa, estar pasando un duelo por la muerte de algún ser querido, tener inquietud ante la situación económica de su familia...
La importancia también de ese contacto más individual con niños y niñas en situación de discapacidad, que han vivido la ruptura de rutinas y relación afectiva con su profesorado y  con sus auxiliares de una manera muy abrupta y sin poder entender bien los motivos.  
Sentir que en la dificultad, tienes a alguien que se interesa y preocupa específicamente por ayudarte es fundamental para poder avanzar y sentirte seguro.




4- COMUNICACIÓN FLUIDA FAMILIAS- ESCUELA.  

En esta crisis sanitaria,  a padres y madres no nos ha quedado otra que recuperar parte de esa tarea educativa delegada en la escuela, ser "ayudantes de cocina" y convertirnos en auxiliares del profesorado. (Como explica muy bien Tonucci) Algunas lo hemos podido llevar mejor o peor, en función de nuestro carácter, nuestro bagaje y, sobre todo, de la capacidad de la escuela y familia para poder compartir, ajustarnos y retroalimentarnos en positivo y asertivamente. Necesaria esta comunicación para poder testear el clima afectivo  y contrastar el impacto del sistema de trabajo en la familia, escuchar sugerencias y también reconocimientos. Para poder plantear adaptaciones en casos concretos en los que pueda haber dificultades digitales, de acompañamiento a lo escolar... También para comprobar si las tareas que se mandan son ajustadas a la posibilidad de autonomía de niños y niñas o requieren mucho seguimiento de la familia, con lo que habría que adaptarlas. 
  

5-  COMBINACIÓN DE APRENDIZAJES TEÓRICOS Y PRÁCTICOS.

Tareas que han combinado aspectos más mecánicos de aprendizaje con aquellas más creativas de experimentación que pueden hacerse en el "laboratorio de casa", pudiendo planear una  tarea global para toda una semana o dos semanas para que dé tiempo a poder realizarla con calma y sentido. También, para preveer el tiempo de ayuda de la familia si se requiere comprar ingredientes, enseñar a usar la balanza de cocina, la  batidora o el horno para cocinar una receta  o buscar un metro y medir los suelos de casa para hacer un plano ... 

6- TRABAJOS EN PEQUEÑOS GRUPOS. 

¿Han sido posibles por vía online? Dependiendo de la edad han sido posibles, con unas expectativas ajustadas. Su utilidad quizás no radique tanto en que puedan realmente hacer un trabajo cooperativo y un aprendizaje académico sino en que pueden verse, hablarse, "picarse", solucionar un conflicto si surge,  comprometerse con los compañeros a hacer su parte ...

Mi hijo estuvo unas cuantas sesiones para terminar un "desafío" de matemáticas con su pequeño grupo... Sólo les quedaba uno, pero alargaron unos cuantos encuentros para terminarlo. Creo que podrían haberlo acabado antes, sin duda. Creo que era una excusa para poder seguir en contacto y verse. Se agradece que puedan tener una excusa de este tipo y trabajen alrededor de esto y no de un videojuego. 

Trabajar con un planning de múltiples tareas en soledad en casa día tras día en papel o en pantalla llega a ser muy desmotivador  y hay que tener mucha capacidad de automotivación y organización mental.  Hasta las personas adultas que teletrabajamos lo notamos y agradecemos esas reuniones de trabajo online con comisiones o el equipo (en las que hablamos del trabajo, pero sobre todo, nos desahogamos también de nuestras vivencias) 




 7- TAREAS ONLINE Y EN PAPEL O "PLASTILINA" 

Tareas que se han mandado para hacer en formato online vía procesador de textos y MUCHAS OTRAS  para hacer sin estar delante de la pantalla, estimulando la lectura en papel, la escritura fuera de pantalla, la expresividad gráfico-plástica, el ejercicio físico... 

Es verdad que estas modalidades pueden conllevar la dificultad para las familias de tener que imprimir, subir fotos, comprar algunos materiales, escanear y auxiliar a niños y niñas en las creaciones... Para el  profesorado, el inconveniente de  cómo corregirlo, cómo comprobar que lo han hecho, entender la letra desde una foto ... 

Tener otro tipo de tareas ayuda a cierto descanso cerebral racional y a la gestión emocional, por lo menos,  en cierta parte, como dice la neurociencia.  

Es importante también el feedback que puedan recibir de sus tareas con correcciones, pero, quizás, hay que preguntarse: ¿¿¿hay que corregir todo tan concienzudamente ???  ¿No os habéis vuelto locos profesores  con ello ? 

Y tenemos de nuevo el riesgo de que acaben haciendo la tarea, no tanto, para aprender (que también) sino para no recibir la amonestación de que no se ha presentado a tiempo. Ojo, entiendo que cumplir plazos y ser responsables es un aprendizaje fundamental y en este contexto tan raro, es difícil poder estimular la responsabilidad y ver cómo hacerlo y valorarla.   

8UNA PLANIFICACIÓN AJUSTADA Y FLEXIBLE 

Una planificación  sin exceso de tareas o  contenidos superacadémicos "tipo" que "tocan en esta evaluación" y a poder hacer de lunes a domingo con una adaptación de la propia niña o la propia familia. Para que niños y niñas también aprendan a autorganizarse desde la práctica,  asunción de  aciertos y errores y consecuencias.  Sabemos que es necesario que niños y niñas puedan desconectar en fin de semana , pero también es verdad que hacerlo así ha posibilitado tener  espacios de tiempo en los que pueden recibir un mayor apoyo, si es necesario, de padres y madres que durante la semana trabajan. 

9
- Poder ACOMPAÑAR EL HOMESCHOOLING CON LA AYUDA DE LA EDUCACIÓN NO FORMAL


Con personas voluntarias o profesionales de entidades sociales o educativas no formales, que han podido intermediar y ayudar a las familias en la búsqueda de recursos digitales  si las familias no los tienen, en el seguimiento y supervisión de las tareas escolares, en el sostén emocional de niños, personas adultas de la familia e incluso del propio profesorado, con todo el estrés que ha vivido también en esta época. En este sentido, creo que el conjunto de entidades sociales  y voluntariado de apoyo hemos de estar más despiertas a ofrecer este tipo de ayuda no sólo en casos concretos de mayor vulnerabilidad, sino a nivel más global. También es verdad que la necesidad de ayuda ha sido tan grande a tantos niveles, que a veces, hemos tenido que relegar esta parte o no hemos encontrado medios para llegar a más. 

10- FLEXIBILIZACIÓN DE LAS EXIGENCIAS LABORALES A LAS FAMILIAS 

Cuando se ha producido, hemos podido respirar un poco. Al rebajar las  expectativas de las empresas y de las propias trabajadoras, tomando conciencia de la imposibilidad de rendir las mismas horas, el estrés ha podido bajar. También hemos podido comprobar que quizás con menos horas de trabajo pero  con la atención puesta en lo más prioritario y siendo operativas  hemos podido ser mucho más efectivas, así que ...




11- AYUDA DESDE CASA CON EMOCIONES AGRADABLES 

Ya antes hablaba de ello, pero cómo cambia el cuento cuando hemos podido ayudar a hacer en casa experimentos, cuentos, canciones o hacer un seguimiento de tareas desde emociones como la alegría, la calma, la curiosidad ... y no desde las prisas, el distrés, el enfado ... 

Reconozco que yo misma me he agobiado mucho con las tareas escolares de mi hijo (y parte tiene que ver con mi naturaleza perfeccionista) pero ¡cuánto he disfrutado también! reaprendiendo y aprendiendo cosas nuevas, desgranando desde lo más complejo a cosas sencillas y prácticas ...eso sí cuando estaba en emociones adecuadas.... Y esos recuerdos de haber compartido experimentos y risas espero que también se queden grabadas en la memoria emocional de mi hijo. 

12- PROMOVER EL MOVIMIENTO Y SALIR LO MÁXIMO POSIBLE A LA CALLE 

Uno de los principales handicaps , que ha visto la neurociencia,  del encierro para las niñas era la disminución de la posibilidad de moverse libremente.Y esto afecta a su salud física, emocional y cognitiva. Por ello, todas las iniciativas promovidas desde la escuela  para moverse en casa durante el confinamiento han sido muy necesarias. Y , en general, el profesorado y, sobre todo el de Educación Física,  se lo ha currado un montón ofreciendo alternativas. Lástima, que, como ya pasaba antes, esta asignatura parezca menos prioritaria. 

Por otra parte, hemos ido viviendo diferentes fases. Niños y niñas han sido las últimas en poder salir. Pero cuando lo han hecho, hemos podido ver cómo recuperaban parte de esa alegría vital y también  se ve que plasticidad cerebral. Muchas familias han tenido que priorizar sacar a los niños a la calle frente a aprovechar las tardes para ayudarles con los deberes más exquisitamente . Han entendido que salir a la calle en esta época es fundamental. 




PARA EL FUTURO 

No sé lo que ocurrirá en septiembre. Sé que todos y todas, tanto profesorado, como familias, como niños y niñas, deseamos que vuelvan las clases presenciales. Quizás no pueda ser como en la anterior normalidad al principio, pero sí con cierta presencialidad, en grupos más pequeños, en turnos ... 

Existe esa necesidad de "oler" (aún con mascarilla)  y estar cerca (aún con distancia prudencial) del aula, del profesor, de las compañeras de clase,de los lapiceros, de los materiales de manualidades, del patio... El poder ir solo a acompañado al colegio por tus padres, escuchar una clase, hacer preguntas, ponerse a la tarea en el pupitre, tratar de hacer un trabajo en grupo desde cierta distancia, poder jugar de alguna forma a media mañana, practicar deporte y volver a casa sola o recogida de nuevo por tu familia. 

Y lo que más importa de todo eso no son los aprendizajes académicos o cognitivos que podrán realizar (que también serán muy valiosos)  sino el aprendizaje de valores, de gestión de emociones, de cooperación, de resolución de conflictos ... el sostén emocional y la afectividad que puedan recibir también de su escuela en el formato presencial ... Es un eje de su vida. Pasan casi más horas en la escuela que en otros lugares. Es uno de sus sitios  de socialización y aprendizaje. Quizás tuviera que ser diferente y la casa o la calle tuvieran que recuperar ese mayor protagonismo en el aprendizaje y la socialización... a pensar ...

Las asignaturas de educación física, psicomotricidad, plástica, arte, música, interioridad o tutoría tendrían que  alcanzar una relevancia especial a la vuelta de la nueva normalidad ya que pueden ser las que más cabida puedan dar a trabajar lo emocional y recuperar ese movimiento tan necesario, a través de la expresividad corporal o el trabajo grupal. Deberían tener otro status de mayor relevancia y horas en la agenda semanal, no sólo ahora, sino siempre. 
Por supuesto, todas las demás asignaturas también pueden conseguirlo ya que no se trata de qué contenidos, técnicas o metodologías pueden crear un mayor clima de seguridad y curiosidad para el aprendizaje (que también), sino de qué actitud y creencia tiene el profesorado para ello. 




Como plantea Roberto Aguado, los mejores aprendizajes (de todo tipo) se realizan en aquellos centros escolares en los que hay un clima afectivo propicio para fomentar emociones en niños y niñas como la curiosidad, la calma y la seguridad (también algo de alegría, sin llegar a la euforia)  Para ello, por supuesto, es necesario contar y posibilitar que el profesorado  se maneje también en el AUTOCUIDADO y cuidado mutuo, en estas emociones y puedan resolver emociones como el enfado, la tristeza , el miedo o el rechazo que puedan surgir en la relación con el alumnado y, sobre todo, dentro del claustro.

Padres y madres debemos hacer, también,  nuestro trabajo dentro de casa con las emociones para crear un clima afectivo propicio para la asunción de responsabilidades y autonomia en lo escolar y otros ámbitos. Olvidar un poco nuestra sobreprotección y dejar que tomen decisiones respecto a sus tareas, se equivoquen y asuman las consecuencias y el aprendizaje implícito en ello. Manejarse en el equilibrio entre apoyar cuando hay dificultades para el aprendizaje o desmotivación y dar autonomía es un hilo difícil de manejar a veces. 

Revisar también nuestra concepción de la escuela y dejar ese "pique" que solemos tener y, detrás del cual, a veces,  hay cierta envidia, temor, culpa  o tristeza que nos "resuena", en función de nuestra propia historia y lo que nos contagian otros padres y madres.  Que nuestros hijos e hijas puedan acudir a la escuela es una oportunidad maravillosa y el acompañamiento educativo en la escuela (también por cómo está diseñada) no es cosa fácil. Por supuesto, dentro de nuestro rol de padres y madres debe estar el querer que la escuela sea un entorno seguro para nuestras hijas y establecer puentes de comunicación, con peticiones respetuosas de cambios, si son necesarios y, también, reconocimientos al trabajo que hacen. Sobre todo, poder establecer relaciones posibilitadoras con el profesorado de nuestros hijos, pudiendo separar aquellas otras "rencillas", a veces justificadas, con la institución. 


  
PARA ACABAR 

Para acabar, me gustaría acompañar estas líneas con unas imágenes de la valoración dada por los propios niños y niñas, siempre tan críticas, respecto a su  vivencia del homeschooling . Forma parte del informe de UNICEF "La participación de niños, niñas y adolescentes debe continuar", que da una visión de cómo han vivido esta época.

En general, han participado chicos y chicas más mayores con sus opiniones. Sólo quiero destacar una frase de la columna de preocupaciones a tener en cuenta por si acaso y que procede de las opiniones que han dado.(la pongo por eso adaptada a primera persona del plural)  

"No nos han preguntado a los niños, niñas y adolescentes cómo nos  sentimos (con la escuela en casa) o qué propuestas podríamos hacer  para mejorar el funcionamiento educativo en estos momentos" 

Por supuesto, hacen valoraciones también muy positivas en la otra columna (nos hemos motivado más en algunas cosas, podemos estudiar con música, nos podemos autoorganizar, nos hemos dado cuenta del valor que tiene poder ir a la escuela y estar con los compañeros y compañeras, hemos podido tener tiempo para recuperar aficiones como la música o el voluntariado online, podemos estar más tiempo con la familia, el estudio online te puede abrir luego posibilidades como estudios universitarios a distancia) 







Veremos que ocurre en Septiembre. Ocurra lo que ocurra ya tenemos cierta práctica en esto de inventarnos cosas, nos hemos comunicado, hemos creado algún protocolo (a veces hasta tres modelos diferentes para ser precavidos) y, sobre todo, tenemos la flexibilidad necesaria para dar seguridad a niños, niñas y adolescentes. Quiero creer que sí y lo creo.  

Termino añadiendo una pequeña tontería, un pequeño vídeo de una tarea de Lengua de mi hijo en la que se nos invitó  desde la profesora a participar en su elaboración. Así lo hicimos y a mi hijo le sirvió para sacar sus miedos y su "solución solidaria" a esto de la COVID 19. A los tres, para disfrutar un rato juntos también. 

Permitidme acabar también con cierto humor. Sí, yo también os he "maldecido" profesoras durante esta época en algunos momentos (¿no os han pitado los oídos?)... desde la impotencia y el cansancio  de no llegar a todo  ...También os he reconocido mucho (sólo por aguantar en calma una videollamada con 25 niños/as, estando cada uno a su rollo , ya tenéis el cielo ganado para mí) Y me he sentido orgullosa de vosotras también cuando mi hijo y otros niños  han recibido determinados mensajes y  tareas a hacer y las han logrado hacer. 

MUCHAS GRACIAS  





Begoña Ruiz, psicóloga, educadora y psicomotricista.  Recogiendo ideas de Francesco Tonucci, Mar Romera, Roberto Aguado, Vicenç Arnaiz, Pepa Horno y muchas otras personas inspiradoras. 





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