UME PULTSIONALEEN ERREKADA"/ EL TORRENTE DE LOS NIÑOS PULSIONALES

Leyendo un trabajo sobre la práctica psicomotriz de una alumna , me reencuentro con un ejemplo de Bernard Aucouturier sobre la Pulsionalidad Motriz y cómo la psicomotricidad puede ayudar a  esos niños "excesivos" ... Canalizar, transformar, comunicar , crear ... 

"La pulsionalidad motriz es como un torrente que baja de la montaña , nada puede detener su fuerza brutal y salvaje; corre con fuerza a pesar de los obstáculos naturales ; el agua rebota, rompe, se disgrega y se hace espuma. Después, el torrente sigue corriendo con fuerza pero con más regularidad ya que el hombre ha canalizado su fuerza por medio de una presa que retiene el agua en un lago artificial  sin detener su flujo. La fuerza del torrente ha sido dominada y transformada en energía  eléctrica , que será distribuida, compartida , medida para los usos más variados que permitirán a su vez desarrollar las creaciones mejor adaptadas al bienestar del ser humano " (Aucouturier, 2004)

Un niño con pulsionalidad se mueve todo el rato, no para quieto , no se centra mucho rato en ninguna actividad , molesta a otros niños (quizás les agrede ) , no parece hacer caso a las normas y límites , no rinde en clase  ... y agota a las personas que están a su alrededor. A veces, con una máquina de videojuegos, la televisión  o un cuento logran parar un rato ... 
Ésta es la "etiqueta" que podemos colgarles. Una etiqueta reducida porque los niños pulsionales son más que eso ... Son personas en
construcción con muchas capacidades que expresan sus inquietudes , malestares a través del movimiento sin poder controlar su "torrente" de energía interior. 
Y el espejo que reciben de los adultos es de "pesado", "agresor", "inadaptado" incluso de "mal niño". Y esto hace que,  a su dificultad para canalizar su torrente , se una la sensación permanente de culpa y baja autoestima por no ser como el adulto "espera" o "desea" . 


Cambiar la mirada hacia estos niños es el primer paso de todo proyecto de acompañamiento educativo o terapéutico . Desde ahí, intentamos que el niño aprenda a identificar ese torrente , canalizar su fuerza de diferentes formas más ajustadas y transformarla a otras formas de comunicación que le permitan ser un individuo que aporta a su entorno a través de su capacidad de creación y elaboración. 

En la sala de psicomotricidad , a través del dispositivo y de la técnica y actitud de la psicomotricista , acompañamos a estos niños/as para que puedan: 

  • Identificar el torrente que se manifiesta en su cuerpo (posturas, gestos , desplazamientos , movimientos... )  
  • Canalizar la agresividad a través del juego simbólico sin que haya agresiones reales. 
  • Derivar su forma original  de comunicarse a través de la agitación hacia la comunicación por señales no verbales concretas y a través de la palabra . 
  • Aprovechar momentos para ensayar la espera , la contención , los turnos para el control de impulsos . 
  • Tomar conciencia de que son valiosos , tienen capacidades y competencias y pueden ser capaces de "crear" (construir , pintar, modelar...) desde una cierta quietud corporal 
  • Ser protagonistas de un grupo en momentos de responsabilidad , competencia , valía delante de los otros , rompiendo el rol de "niño molesto" que ya tienen en el grupo y ante el adulto. 
  • Vivir situaciones de placer en diferentes actividades motrices que les posibiliten vivir su cuerpo y su identidad  aceptada por el otro .


  •  
Junto con el acompañamiento al niño/a en la sala de psicomotricidad , acompañar al entorno también es otro de los ejes de la intervención . Para escuchar y  recoger  a la familia , al profesorado ... para ayudar a entender al niño, para proponer cambiar la mirada hacia él, para dar un espejo de competencias y  evolución , para encontrar herramientas conjuntas ...