Bueno, ya podemos salir a hacer deporte ...Y llevo dos días saliendo a andar. Buscando algunos espacios donde pueda haber cierta naturaleza y no excesivamente concurridos. (algo difícil )
Diferentes sensaciones me han acompañado ...Calma , seguridad y también cierto temor o precaución...
Andar para mí siempre ha sido un símbolo de libertad, más allá de todos los beneficios físicos que pueda tener en mi cuerpo. Creo que cada persona encuentra sus pequeñas fórmulas para la libertad.
Y esta mañana, mientras paseaba, pensaba-sentía sobre la libertad. Sobre el concepto de libertad. Yo me pierdo en los metaconceptos la verdad ...no tengo mucha capacidad para ellos, necesito siempre ir a lo concreto. Y, para mí andar supone un ejercicio de libertad porque:
- Porque es una actividad que he elegido hacer yo. Para mí libertad es poder tomar una decisión para hacer algo, dentro de unos límites que cuiden y respeten a las otras personas.
- Porque, al andar, no pienso mucho y me dejo fluir y sentir. Y, generalmente , aparecen emociones de alegría al escuchar un pájaro, de calma al ver el discurrir del río, de curiosidad al intentar descubrir qué está queriendo fotografiar un hombre (unas flores) y seguridad en mí misma al ver mi capacidad de seguir aunque asome cierto cansancio. A veces, también siento punzadas de tristeza (al recordar a mis padres u otras personas ausentes) o algún ramalazo de miedo (sobre todo, cuando paseo sola en un camino más solitario y me amenazan fantasmas de ataques que, a veces, tenemos las mujeres, desgraciadamente, aún) Y son punzadas que molestan un poco y se van.
- Porque puedo estar en una soledad elegida, no impuesta . Me gusta salir a andar con amigas, con mi pareja , con mi hijo y, sobre todo, me encanta salir a andar sola. Poder sentirme sólo a mí, dedicarme ese tiempo sólo a mí, escuchar mi cuerpo, mi música o los sonidos de alrededor.
- Porque no tengo nada que hacer, no tengo ninguna obligación o tarea que cumplir ...Sólo andar, hacia dónde quiera y el tiempo que desee. Y eso para una persona excesivamente responsable y perfeccionista como yo es un gran descansoooooo ...
- Porque sé que voy hacia algún lado a explorar, a descubrir cosas, a estar conmigo y luego puedo volver al refugio de mi casa, de mi gente, de mi otra vida, que también me encanta. Cuando los niños y las niñas logran ponerse de pié y andar, es una conquista brutal para ellos y ellas, es acceder al mundo de las personas adultas desde su mismo plano vertical. Y les encanta correr y jugar a alejarse y volver, jugar a ser pilladas y escapar en un ejercicio de libertad. Como me pasa a mí de adulta y nos pasa a todos y todas, que seguimos en la misma diálectica de estar cerca- lejos.
Y supongo que andar es un ejercicio de libertad por muchas otras razones para mí y que en,definitiva , hay una liberación de hormonas del bienestar que dan seguridad emocional.
Estos dos días que llevo saliendo a andar después de tanto tiempo también he sentido libertad ... limitada eso sí, como toda libertad. No es lo mismo andar como en otras épocas , que tratando de esquivar a personas para mantener la distancia de seguridad, sentir la necesidad de ponerte la mascarilla ante la aglomeración de gente en las zonas de paseo o teniendo que mirar la hora límite ... Y, siendo así, también creo que estas restricciones, en este momento, son un símbolo de solidaridad y libertad de las personas. Así que, al volver a casa , a pesar de la mascarilla, del agobio de ir esquivando a la gente o el límite horario, me siento con ese reposo que deja en el cuerpo la sensación de libertad.
Pienso, ahora ya como madre, cómo podré estimular este aprendizaje de la libertad en sus diferentes dimensiones, incluida el límite. Estoy segura de que él va aprendiendo esto y me lo va demostrando durante todos estos días. Otro día hablaremos de más aprendizajes en casa durante esta época.
Bego Ruiz . Psicóloga, psicomotricista y educadora social.
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