Andrea Nogueira firma en EL PAÍS un artículo sobre las Neuronas Espejos, llamadas las células de la empatía.
Son las responsables de que bostecemos al ver bostezar a otras personas, lloremos ante el sufrimiento ajeno, ríamos al ver reír en respuesta a un chiste aunque no lo hayamos entendido ...
Os dejamos un enlace al artículo completo : LAS CÉLULAS DE LA EMPATÍA y algunas reflexiones que aparecen en él:
“Son un tipo de neuronas particulares que se caracterizan por activarse tanto cuando realizamos una acción como cuando percibimos que otro realiza una acción semejante. Las neuronas espejo reflejan el comportamiento de los otros y simulan en primera persona la acción percibida como si fuera realizada por nosotros mismos”, explica la investigadora en neurociencias Silvina Catuara Solarz. Este sistema permite al cerebro interpretar incluso las intenciones de los otros, es decir, que se activa aun cuando no ve la acción. En él reside la clave de la empatía y del desencriptado de la comunicación no verbal y de las emociones de los demás."
"Catuara expone que gracias a diferentes estudios se ha visto que las neuronas espejo funcionan de manera diferente en personas con ciertas condiciones clínicas con afectación de la interacción social, como el desorden de espectro autista, la esquizofrenia o la psicopatía y la sociopatía"
"Lo cierto es que cada persona muestra diferentes niveles de empatía ante la misma situación, pero también hay algunas coincidencias. Así, los individuos se conmueven más con las desgracias que ocurren dentro de su grupo social. La nacionalidad, la edad, el sexo, etc, determinan el nivel de implicación emocional, de ahí que nos sintamos más abatidos por un atentado en España que por otro en Estados Unidos y, a su vez, que este sea más doloroso que uno en Yemen. También la exposición continua a ciertas imágenes o noticias merma nuestra capacidad de empatía pues el efecto impacto desaparece y sufrimos una desensibilización."