La curiosidad es una de las emociones básicas y es imprescindible cultivarla en todas las edades y, sobre todo, en la infancia.
Favorece otras emociones agradables como la alegría, la calma y la seguridad, así como, contrarresta otras como el miedo, el enfado o la tristeza.
Es inherente al aprendizaje, el desarrollo de la autoestima y la seguridad.
Por ello, fomentar actividades como experimentos, lectura de cuentos y libros, adivinanzas, acertijos o retos debería estar presente no sólo en el contexto escolar, sino también familiar. Os dejamos un cuentacuentos dentro de nuestro Taller #nosemocionamosenfamilia, que hemos hecho a través del cuento ADIVINA QUIEN SOY de Guido Van Genechten para estimular, precisamente en familia la curiosidad a través del disfrute y el vínculo. Podéis verlo y repetirlo sin voz, de forma que seais padres o madres o niños o niñas las que pongáis la voz a las imágenes para el resto de personas de la familia.