SOBRE LA HISTORIA EN LA SESIÓN DE PSICOMOTRICIDAD



Dylan acaba de terminar su dibujo en la sesión de psicomotricidad. Como siempre, ha utilizado el color rosa y llega  contento  para   hablarnos de lo que  ha creado.  En esta ocasión, no se trata de una  princesa o una sirena, sino de otros personajes: “He pintado  a Caperucita y  está luchando con el Lobo …, no  le tiene miedo, le gana". 

Unos minutos antes,  Dylan, como el resto de sus compañeros/as de clase,  ha escuchado y participado en la recreación del cuento de Caperucita Roja. Ya lo hemos contado unas cuantas veces. Y Dylan, como  los/as  demás, se manifiesta expectante  cuando  se inicia la historia. Poco a poco, su  mirada, su  tono, sus gestos, su postura, su movimiento se transforman y son los de un pequeño individuo que empieza a  imaginar, a crear "diapositivas" en su cabeza, a elaborar emociones  desde la quietud, haciendo suya y reformulando una historia que miles de niños/as han escuchado y que, nosotros/as, los/as psicomotricistas, también contamos u ofrecemos en una sala de psicomotricidad.

Historias de lobos, de brujas, de ogros, de cazadores, de descubrir pestañas, de animales,  de niños/as, de mamás, de papás… Cada psicomotricista tiene sus "cuentos" preferidos, cada psicomotricista inventa sus historias, cada psicomotricista adapta las narraciones a las necesidades de sus grupos de niños/as, cada psicomotricista ayuda al grupo a construir su relato…, convirtiéndose en una técnica creativa y  gratificante,  no sólo para los/as infantes , sino para el/la mismo educador/a.  

Pero ¿Qué sentido tiene la historia en la sesión de psicomotricidad? 

De una forma sintética, podríamos hablar de: 

1-      REASEGURACIÓN EMOCIONAL DESDE EL LENGUAJE

Durante el espacio de expresividad motriz en la sesión de psicomotricidad, los/as niños/as pueden dejar libre su cuerpo,   reasegurarse frente a sus angustias  y fortalecerse simbólicamente a través de la expresividad motriz.

El momento de sentarse a escuchar una historia también va a ayudar a que los/as niños/as se sientan más seguros/as y elaboren ciertos miedos y angustias universales. En esta ocasión,  a través del lenguaje y la simbología encerrada en las historias.

En las historias, los/as protagonistas  se encuentran en situaciones conflictivas. Por ejemplo: 

  •  Se pierden y se alejan de su familia o ésta les abandona o no les acepta. (Angustía de pérdida) 
  • Tienen que enfrentarse a la figura de un/a "agresor/a" ( lobo, bruja, ogro, hombre del saco, gigante, cocodrilo..)  o a un reto de autonomía de la vida:  encontrar el camino, descubirir un tesoro, pasar pruebas, hacerse adultos... (Fantasías de  destruccion, devoración... angustias arcaicas, de pérdida, de identificación...)  
  • Y tras vivir esa situación conflictiva, salen victoriosos/as de la misma, siendo ellos/as mismos/as sus salvadores/as o alguna persona adulta referente: cazador, la madre , algún amigo … (Fantasías de omnipotencia) 


Que los/as niños/as puedan vivir simbólicamente la superación de esta situación conflictiva, enfrentarse y salir victoriosos/as, les ayuda simbolicamente y les fortalece en el desarrollo de su identidad . Hemos de recordar que en la primera infancia el pensamiento es mágico. Esto hace que puedan "proyectar" y "elaborar" sus propias vivencias a través de las historias mágicas. 

2- FAVORECER LA CREACIÓN DE IMÁGENES MENTALES Y EL PROCESO DE DESCENTRACIÓN.

La sesión de psicomotricidad está diseñada para que los/as niños/as puedan realizar un aprendizaje  en una dirección muy clara : de la acción al pensamiento, del egocentrismo a la descentración, de la invasión de la emoción a una emoción vivida más tranquilamente  para poder acceder al pensamiento .

Normalmente, introducimos la historia a mitad de sesión y esto favorece el paso de la acción al pensamiento. Los/as niños/as se sientan, dejan el movimiento, dejan la emoción suspendida y pueden integrarla de una manera no invasora  empezando a crear las imágenes que evocan o construyen con la historia, al mismo tiempo que se pueden seguir reasegurando en la quietud. De esta forma, estarán más preparados/as  para los procesos de representación que tienen lugar en el último espacio de la sesión. (espacio gráfico-plástico)

Es verdad que, en ocasiones, para facilitar algunos procesos en los grupos de ayuda o terapia individual cambiamos el orden y podemos empezar o acabar una sesión con la historia. Esto, siempre, tendrá que ver con un objetivo de la psicomotricista de favorecer procesos de reaseguración ante necesidades de niños/as concretos/as. 

¿A qué edad contarlas? 

Desde el año y medio- dos, podemos contar  historias. Por supuesto, a esta edad  y hasta los 3 años aproximadamente, la idea es que los/as pequeños/as puedan ir parando un poco el cuerpo y  vayan empezando los procesos de crear alguna imagen en sus cabezas … Historias con  cuatro o cinco fotos o "pasajes" sencillos con una cierta conexión básica entre ellos, cuentos de levantar pestañas … sería suficiente. Introducir la figura del/a "agresor/a"  en los cuentos para los/as más pequeños/as  ha de hacerse de manera gradual y respetando siempre a los/as más asustadizos/as. Una canción en lugar de un cuento también es una opción.

Y cuando ya son más mayores se les puede invitar a construir su propia historia entre todos/as por turnos e incluso plasmarla en un comic posterior. Con preadolescentes/adolescentes, por ejemplo, podemos introducir algunas fábulas que den lugar a ciertos "intercambios" y pensamiento reflexivo a nivel grupal.  


 ¿Y cómo contarlas? 

Cada  persona, las cuenta desde sus posibilidades que hay que entrenar. La clave es buscar la  postura, el tono  corporal, la entonación de la voz, el enfásis en determinados momentos que permitan que los/as niños/as se sientan seguros/as, puedan estar en cierta quietud y entrando en la imaginación. Y para alcanzar esto, hemos de trabajarnos nuestra propia emoción. Habremos de hacerlo desde cierta emoción de seguridad, calma e incluso curiosidad. 

Si nos movemos como ciertos cuentacuentos con muchos "aspavientos" quizás no logremos el objetivo. Si leemos literalmente el cuento sin entonación, también será más difícil. Y podemos dar la opción a que los/as niños/as construyan la historia en alguna ocasión participando y comentando, hacerla por "fases"  o evitar el soporte físico de un cuento...  



¿Y hay que "repetir" una misma historia varias veces? 

Las personas que acompañamos a niños y niñas tenemos la experiencia de que nos piden una misma historia una y otra vez. (en la  familia también pasa) Tiene su sentido y hemos de satisfacer esa necesidad. 

Los/as niños/as necesitan escuchar varias veces una misma historia para llegar a "centrarse" en ella, en los personajes y en lo que ocurre. Además, necesitan comprobar que la historia, se cuente las veces que se cuente, siempre acaba "bien" para reasegurarse de las angustias. Y, cuando ya se sienten más o menos seguros/as al respecto, necesitan "probar" a cambiar algo de la historia para ensayar la flexibilidad y  comprobar que  aun con cambios, acaba bien. 

¿Ejemplo de historias? 

Cada psicomotricista va creando o adaptando las historias ya conocidas  a las necesidades de su grupo de niños/as.

1- "LOS CUENTOS TRADICIONALES"

Los cuentos tradicionales favorecen trabajar las angustias (arcaicas, de pérdida, de identificación...)  y las fantasías de devoración, destrucción, omnipotencia...   

Estamos hablando de Pulgarcito, El Lobo y los Siete Cabritillos, la Casita de Chocolate, el  Patito Feo, Los tres Cerditos …

Casi todas las editoriales incorporan alguna de estas historias en sus títulos .

Algunos títulos tienen un inconveniente y es que, en ocasiones, la perspectiva de género no está bien elaborada ya que se crearon en otras épocas en las que aún quedaba mucho que trabajar al respecto. Y, siendo así,  podemos buscar las que mejor lo hagan al respecto, usarlas introduciendo algunos cambios para dar mayor respeto o posibilitando procesos de reflexión sobre el tratamiento del género. De hecho, ya hay algunas versiones más actuales de las historias tradicionales que tienen en cuenta esto. 

En cualquier caso, es posible tener en la  sala de psicomotricidad, un libro que recopile unas cuentas historias de éstas para asegurar de alguna forma el dar respuesta a situaciones que salgan en el espacio de expresividad motriz, peticiones concretas de algún/a niño/a …

2- OTRAS HISTORIAS 

Cuentos de pestañas, de descubrir cosas escondidas puedan ser interesantes. Eso sí, recomendamos que no sean muy complejos en este sentido o "exijan" mucha manipulación porque podemos perder el sentido o complicarnos el momento. Además, historias diversas de distintos/as autores/as, propias de la psicomotricista o inventadas por el grupo de niños/as en las que haya situaciones, retos, conflictos, aventuras en la vida diaria o  mágica nos sirven. 

En algunos casos, podemos tener cuentos más concretos que pueden ayudar a niños/as o situaciones más específicas. (esto puede ocurrirnos sobre todo en grupos de ayuda o terapia individual) Cuentos con pictogramas, texturas... Cuentos que hablen de la gestión de emociones concretas ... 




Historias más allá de las tradicionales: 

  • La pequeña oruga glotona. Eric Carle. Kokinos. 
  • Leoncito se ha perdido. Mark Marshall. Artime. 
  • Una pesadilla en el armario. Mercer Mayer. Kalandraka.
  • Gato Guille y los Monstruos. Rocío Martínez. Kalandraka
  • Vaya Rabieta. Mireille D Allance. Corimbo.
  • Dónde está Pintxo.
  • Adivina quién soy. Ibaizabal. Guido Van Genechten.
  • El Lobo ha vuelto. Geoffroy de Pennart. Corimbo.
  • El pequeño conejo blanco. Popular. Kalandraka
  • Madre chillona.Jutta Bauer. Loguez. 
  • Adivina cuánto te quiero.Sam Mcbratney. Kokinos. 
  • Oh! J. Goffin. Kalandraka.
  • Lo que el lobo le contó a la Luna.Lucia Scuderi. Kalandraka
  • A qué sabe la luna. Michael Grejniec. Kalandraka. 
  • Un puñado de besos.Antonia Rodenas. 2002. 
  • El ogro, el lobo,la niña y el pastel. Philippe Corentin. Corimbo.  
  • Grru Animales Salvajes.
  • Dulces Sueños. Fisher-Price.
  • Mis pequeñas alegrías.  Jo Witec. Bruño.
  • Arturo y las manzanas. Eva Torres. Uno. 

Os dejamos un historia  para contar en una sesión de psicomotricidad. Es un relato inventado por un grupo de alumnas del curso de Especialista en Práctica Psicomotriz de la Escuela Internacional de Práctica Psicomotriz de Bilbao durante uno de los seminarios en los que ensayaban la competencia de narrar historias. 

LA LUZ DE LA LUNA

Un día,  Ane va con ama y aita de picnic al bosque. Cuando comienza a anochecer, Ane se despista por un momento y se pierde entre los enormes árboles del bosque.Hace viento y las ramas y hojas de los árboles se mueven de un lado a otro. En la oscuridad, Ane siente cómo las ramas de los arboles le golpean el cuerpo, le agarran y le persiguen queriendo atraparla. Los árboles le miran fijamente. Ane tiene miedo y le tiembla el cuerpo. Aprieta los puños y cierra los ojos fuertemente. 

De pronto, Ane ve  una luz  y corre hacia el camino iluminado. Es la luna ,que ilumina todo  el bosque. En ese momento,  se da cuenta  de que  los árboles que le perseguían y le asustaban, se mueven suabemente por el viento, y lo que quieren es protegerla y abrazarla con sus ramas, para cuidarla.

Ane se sienta en el suelo a la luz de la luna y mientras las ramas de los árboles le abrazan, oye unos gritos a lo lejos:

-¡Aneeee!! !Aneee!!  

Son sus aitas  que le estan buscando por el bosque.

Ane al escucharlos grita con todas sus fuerzas:

-¡Aita, Ama, estoy aquí!!

Con los gritos de Ane, su ama y su aita consiguen encontrarla.

-¡Ane! ¿dónde estabas?

-Me he perdido. He estado asustada, he pasado mucho miedo, pero ahora he aprendido que los árboles no son enemigos sino seres protectores. Son mis amigos del bosque y me han cuidado y ayudado. Hoy me he dado cuenta de  que  el miedo no es de verdad ¡solo está en mi cabeza!!

Ane, ama y aita rodean con los brazos el arból que ha protegido a Ane y le dan un abrazo gigantesco en agradecimiento por haberle cuidado a Ane. Se despiden de él y,  poco a poco.  Ane va dejando el bosque atrás de la mano de ama y aita.

FIN 

Resumiendo.... 

La historia es, por tanto, una parte importante de la sesión de psicomotricidad. Hemos de facilitar que niños y niñas lleguen a ella y puedan acceder a cierta quietud y elaboración de imágenes. A veces, nos encontramos con niños y niñas que no quieren dejar el espacio de expresividad motriz para venir, van y vienen o no están quietos/as.  A veces, es una ruptura de la norma como forma de llamar la atención sobre una necesidad no resuelta. Otras veces, es la angustía de pérdida más activada la que hace dificil "despedirse" de un espacio y tiempo en el que han podido disfrutar. A veces, es la dificultad de ir a otro espacio en el que prima el lenguaje más verbal que aún no se domina. Otras,  puede ser la dificultad de parar el cuerpo ante la angustia de "no existir" fuera de él. La psicomotricista tendrá que descubrir qué necesidad plantea cada niño/a y que respuesta ajustada dar. Recordar la norma, acompañar personalmente,  dar una responsabilidad, esperar a que venga, tener cerca u otras fórmulas tendrán que ser puestas en juego en cada caso antes, durante y después de este tiempo. 

Y con esta reflexión, colorín colorado este artículo se ha acabado... 

Begoña Ruiz Ibáñez. Psicóloga y psicomotricista. Educadora en programas de Bidegintza S.Coop.  (www.bidegintza.org) y profesora en la Escuela Internacional de Práctica Psicomotriz PEI-EIP de Bilbao. (www.escvpsicomotricidad.com)  

Reactualización del artículo de la misma autora en la revista de las II Jornadas PEI-EIP de Práctica Psicomotriz. 


 

 

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